Este post va dedicado a Yosune, acaba de tener hace una semana un precioso niño.Como dice un proverbio judío, “Como Dios no podía estar en todas partes, tuvo que inventar a las madres”.

Se habla mucho últimamente de “Talento maternal”, del desarrollo de la inteligencia (del talento) por el hecho de ser madre. El libro pionero de 1980, Inteligencia maternal, de la filósofa Sra Ruddick, es un alegato contra las ideas feministas de Simone de Beauvoir y Betty Firedan, que pensaban que la maternidad “arruina tu vida y contribuye a la opresión”.

Muy recomendable el libro de la periodista de investigación Katherine Ellison, El cerebro de mamá. Cómo la maternidad estimula la inteligencia. Para la Sra. Ellison, ganadora del Premio Pulitzer y madre, escribe que “La merma de la capacidad intelectual es, junto con las varices y el ensanchamiento de caderas y demás curvas corporales, uno de los inconvenientes que tradicionalmente con el destino reproductor femenino”. Pero no es así, en 1999, dos neurocientíficos de Virginia, Craig Kingsley y Nelly Lambert, publicaron en la revista Nature sus hallazgos que demostraban que “la maternidad vuelve más inteligente a la mujer”.

La idea nuclear que presenta Ellison es que tanto el parto como la crianza de un hijo provoca en el cerebro femenino cambios concretos y perdurables por medio de una combinación dinámica de amor, genética, hormonas y práctica. Michael Merzenich, pionero en el estudio del desarrollo cerebral de la Universidad de California en San Francisco: “Desde un punto de vista neurológico, para el cerebro tener un hijo implica una revolución. Cambia la vida porque presenta desafíos físicos, mentales y mecánicos: tienes que responder a infinidad de desastres a un tiempo. Y como todo reviste una gran importancia, es lógico que sea una época de aprendizaje y de cambios mentales. Pocas cosas harán más por tu cerebro que tener un hijo”.

Al parecer (según una investigación de la Universidad Hebrea de Jerusalén en 1993), las mujeres no se encuentran en el máximo esplendor intelectual en los primeros días del postparto. Falta de sueño, estrés. En 1998, la Universidad York de Toronto creó un centro de investigación sobre la maternidad. El Dr. Lorberbaum, que estudia escáneres cerebrales en el Sur de California, ha comprobado que hay “circuitos maternales” y “circuitos de recompensa” en los escáneres cerebrales de madres en el momento qu escuchaban el llanto de sus bebés. Sí, el amor a los hijos es como una droga”, nos cuenta Ellison, “produce adicción y altera la percepción”.

¿Qué cualidades se desarrollan con la maternidad? Principalmente, cinco: la agudeza, la eficacia, la resistencia, la motivación y la sociabilidad.

La agudeza depende del rinencéfalo o “sentido olfativo”. Las neuronas en el córtex se duplican tras el parto. De la eficacia es un claro ejemplo J. K. Rowling, que escribió el primer Harry Potter al cuidado de su hija siendo pobre y madre soltera. Para que una experiencia de aprendizaje mejore el cerebro ha de haber novedad, implicación, componente afectivo y complejidad (desafío), según Fred Cage, que en 1998 demostró que la creencia de que las neuronas con las que nacemos son las únicas que tendremos en nuestra vida es falsa. La resistencia depende de la oxitocina, hormona péptida fundamental para la maternidad (en situaciones de estrés, las mujeres no optan por “lucha o huída” sino por “cuidar y hacer amistad”). Motivación: “sentir un amor profundo te vuelve poderoso” (Lao Tse). Sociabilidad: la maternidad enseña a relacionarse mejor.

Sófocles nos enseñó que «los niños son anclas que amarran a una madre a la vida».
Katherine Ellison señala que la maternidad es mejor que una escuela de negocios para añadir valor al trabajo. En Estados Unidos hay 26 millones de mujeres trabajadoras, el 40% con niños menores de 6 años. En 2003, un estudio del Wellesley Collage a 60 directivos de gran éxito, un 20% de las entrevistadas estaban convencidas de que la maternidad había sido un “campo de entrenamiento para el liderazgo”y otro 20% comentó que su estilo de liderazgo tenía mucho que ver con haber sido madre.

La autora da diez consejos “para aprovechar al máximo tu cerebro de madre”:

– No te rindas a la maternidad. Sácale partido.
– Honra tus prioridades (“una enorme capacidad de centrar la atención es una de las inequívocas ventajas neurológicas que caracterizan a un cerebro materno”, Michael Merzenich).
– No subestimes el poder del sueño.
– Aprende a ver el lado bueno de las cosas.
– Apuesta por la oxitocina.
– Relaciónate.
– Sal a pasear (el ejercicio físico potencia el buen estado de ánimo).
– Tú primero (como las mascarillas de oxígeno en los aviones).
– Varias tareas a un tiempo sí, pero con mesura.
– Si quieres cambiar el mundo, empieza por el tuyo.Las cosas están cambiando, aunque no al ritmo que quisiéramos. Según la ministra de familia de Ángela Merkel, Úrsula von del Leyden, es madre de siete hijos: “los niños no me quitan energía sino que me la dan”. Ya decía Zubiri que la ética de cuidar a los demás es la más poderosa forma de inteligencia. Ya se sabe: «la mano que mece la cuna rige el mundo» (Peter de Vries).

Y yo no tengo siete hijos… sino dos y desde luego no me quitan la energía sino me la dan.
Felicidades Yosune!!

Dejar un comentario