Cuando terminé la carrera y me fui a Francia a trabajar , mi padre me dio un sabio consejo, «Maite, a la hora de llevar a un equipo recuerda que debes de ser valor de ejemplo». Después, en la empresa que entré también lo volví a oír, desde luego que razón tenían. Este consejo de mi padre lo he tenido y lo sigo teniendo muy presente.
Y es que «no se puede predicar austeridad y luego ir a hoteles de cinco estrellas», debemos ser coherentes entre lo que predicamos y hacemos. Sin embargo, ocurre muy a menudo a todo lo contrario. La diferencia entre discurso y realidad a veces están a años luz.
Una vez también le pregunté a Michel Leclercq , presidente del grupo Decathlon hoy Grupo Oxyland, qué era lo más importante cuando se está al frente de un equipo. «Sin lugar a dudas, dar ejemplo. No se puede exigir a los demás si uno no se exige en primer lugar a sí mismo».
Ejemplo, ejemplo, siempre ejemplo.
Para acabar dos vídeos sobre la importancia del ejemplo.
El primero la diferencia entre tu despacho y el de tu jefe, sin comentarios….
El segundo al de la educación: cómo los hijos copian a los padres