No se si habéis visto la película «The Artist» , esta extraordinaria película muda en blanco y negro nos hace enfrentarnos, entre otras muchas situaciones determinantes, con las dificultades de adaptación y aceptación al cambio.
Lo que ha hecho el director, Michel Hazanavicius, es muy bueno . «The Artist» no crea nada nuevo, pero si es una película arriesgada, mezcla el cine mudo con el sonoro. Es un claro homenaje al cine clásico y en especial al cine mudo y a esos comienzos del cine sonoro que fueron duros para muchos actores y directores. Nos cuenta el ascenso y caída de George Valentin (Jean Dujardin) una estrella del cine mudo pero que con la entrada del cine sonoro, al que se niega a trabajar,  pierde todo su peso en la industria, debido también a su orgullo y a la aparición de nuevas estrellas , marcarán el fin de su carrera.
La película nos regala una magnífica exposición de los problemas que supone la aceptación e implantación de un cambio drástico de asimilación de la tecnología.
Valentin se niega a adaptarse a las nuevas tecnologías , se ofusca en su negativa, como si las transformaciones de su entorno profesional no fueran con él.  Su umbral de resiliencia –esto es, la flexibilidad para adaptarse ante un cambio irreversible– es, en su caso, nulo.  La tozudez de nuestro protagonista empieza a tornarse en autodestructiva: fuera de la nueva tecnología no hay salvación profesional, por más que él se resista a abandonar su zona de confort, en este caso el cine gestual que domina y en el que ancla sus competencias y certidumbres.

Y de forma ciertamente magistral, la película a partir de aquí va a mostrarnos las sucesivas fases de resistencia y aceptación del cambio que las podemos sintetizar en cuatro grandes hitos continuos: negación, depresión, negociación y aceptación.

Una película para disfrutar y cada uno sacar sus propias conclusiones en esto de las resistencias y aceptación del cambio.

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