Este neurocirujano nos explico que cuando el ser humano se introduce en la incertidumbre entran en funcionamiento los mecanismos del estrés, que pueden ocasionar dos tipos de respuesta.
Una de ellas es la de la supervivencia, que genera una agresividad ante la amenaza.
En situaciones estresantes se produce un cambio muy sustancial en el riego sanguíneo al cerebro, potenciándose la actividad de ciertas áreas como la prefrontal, lo que facilita procesos críticos de adaptación al mundo cambiante.
Las personas, en general, nos hemos acostumbrado a vivir en la seguridad y no a estar en la incertidumbre. Como estamos cómodos, no ponemos en marcha mecanismos de adaptación y asumimos los de supervivencia, cayendo así en la desesperanza. En la situación actual de crisis, necesitamos ser más creadores, aventureros, exploradores…
Si, por el contrario, lo que hacemos es reaccionar con agresividad, no nos adaptaremos mejor y más deprisa.
Es precisamente cuando hay mas presión fuera, cuando necesitamos generar mas armonia dentro, porque es lo único que puede ayudarnos a hacer frente a los desafios, para eso hay que inspirar a las personas para que empiecen a desplegar todo lo que tienen en su interior y no ser el único en generar ideas.
Recomendó cinco cosas: