Guardiola es una persona con una gran actitud de liderazgo, con unas ideas claras y una exigencia muy fuerte.
Como líder ha sabido comportarse tanto cuando gana como pierde.

Más del 90% del liderazgo es inteligencia emocional, capacidad de gestionar las emociones, autocontrol, espíritu de superación y la relación con otras personas. Y todo eso lo hace muy bien.

Lo que tiene de diferente, y por eso es el mejor entrenador del mundo a mi entender, es que es una persona culta. Y la cultura no es pedantería, no es ser un sabihondo, sino estar en el mundo, atender a lo que está pasando, desde la poesía a la literatura pasando por cualquier fenómeno social, y aplicarlo a lo tuyo. Guardiola es la demostración de que la cultura bien entendida es muy útil, muy rentable. El liderazgo de Guardiola genera admiración. Se puede idealizar a un líder como Obama, Mandela, Martin Luther King…; se le puede envidiar, si no acabas de entender el mérito que tiene, cosa que ya pasa con Guardiola, o se le puede admirar y aprender de él.

Del método Guardiola hay una serie de cosas son extrapolables a la empresa:

1-Sabe marcar las metas compartidas con su equipo.
2-Tener la idea clara de talento que necesita.
3-Promover desde dentro la idea de La Masia ( el proyecto, los valores…), promover desde dentro y contratar a personas muy concretas.
4-Las mejores empresas tienen un clima que llamamos de satisfacción, rendimiento y desarrollo, y eso lo hace Guardiola: generar un ambiente de trabajo en el que la gente se sienta satisfecha, pero donde ganar es muy importante.
5-Ha sabido crear lo que siempre ha sido y debe ser un equipo de fútbol: una unidad. Guardiola ha luchado para que el valor del colectivo sepa maximizar las virtudes de los mejores y hacer a todos, partícipes de las misma meta.

Guardiola dice que sin estos jugadores no tendría seis títulos y que los mismos futbolistas, con otro técnico, también habrían ganado. Es parte de su modestia. El líder hace al equipo y el equipo hace al líder. Él ha hecho grandes jugadores. Ejemplo a Pedro, a Busquets…

Tenemos mucho que aprender de Guardiola, aunque evidentemente no es perfecto. Nadie lo es.

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