¿El huevo o la gallina?
La antigua fábula de Esopo, «La Gallina de los Huevos de Oro», es un excelente ejemplo para reconocer la ecuación que toda persona u organización debe resolver a cada momento, el equilibrio entre lo «Urgente» y lo «Importante», entre el «Hoy» y el «Mañana».
La historia cuenta que un granjero un día fue al corral donde tenía a sus gallinas y encontró un brillante huevo de oro. Aunque dudó de su suerte, decidió llevar el huevo a su casa donde comprobó que era de oro auténtico. Desde ese día, todas las mañanas el granjero encontraba un huevo de oro debajo de una de sus gallinas en el corral y pronto se hizo rico. Mientras aumentaba su riqueza, también aumentaba su impaciencia con los huevos que ponía la gallina. En un intento por obtener todo el oro de la gallina de una sola vez, la abrió, pero no sólo no encontró nada dentro sino que la mató. Con la muerte de la gallina, sobrevino también la desaparición de su riqueza.
Esta antigua fábula, mantiene vigente el enorme desafío al que nos enfrentamos hoy las personas: La cuestión de la sostenibilidad y el uso del tiempo.
«Muchas veces, al igual que el granjero de la fábula priorizamos los resultados a corto plazo (los huevos de oro) y ponemos en riesgo nuestro bienestar a largo plazo (la gallina)»
Para responder a esta pregunta necesitamos pensar en una manera de manejar el tiempo que desplace a los métodos tradicionales basados primordialmnente en la Urgencia y la Eficiencia y alcanzar un nuevo modelo que se asiente en la Importancia y la Efectividad.
La matriz de administración del tiempo
Representar las variables en una matriz de doble entrada, facilitará no sólo la comprensión, sino que además nos brindará una herramienta útil para luego «vivir» el modelo propuesto.
Cuadrante 1: Llamaremos a este cuadrante Lo Urgente e Importante. Caracterizado por ser actividades que de no ser atendidas, veríamos amenazada nuestra existencia hoy: proyectos con fechas de cierre y con tiempo límite, vencimientos, resolución de problemas inmediatos, etc. Toda actividad que presiona sobre nosotros y signifique una gestión orientada a resolver problemas, enfrentar crisis, etc. caracteriza a este cuadrante.
Cuadrante 2: Lo Importante, No Urgente. Este cuadrante refiere a aquellas cuestiones que si bien están más lejanas en cuanto a horizonte de tiempo para su resolución, son las que permiten nuestro aprendizaje y mejora a futuro. En alguna medida, aprender significa sacrificar parcialmente nuestro bienestar actual en pos de una mejora futura. Ejemplos son: Planificar mejoras, capacitar, prevenir riesgos, anticiparse a tendencias, resolver conflictos antes de que se transformen en crisis, descanso y recuperación de energías personales, etc. Lo Importante, No urgente representa el desarrollo de las capacidades para mejorar la respuesta a desafíos futuros.
Pero además este cuadrante y lo que coloquemos en él, determina a todos los demás: Sin Importante, no puede haber Urgente. Poner primero, lo primero (es decir lo Importante), será nuestra consigna. Como estas cuestiones están más lejanas en el tiempo para su resolución, no presionan sobre nosotros. Sino, que nosotros debemos presionar sobre ellas.
Los «Robatiempos»
Pero también las personas invertimos tiempo en actividades y tareas que no corresponden a los Cuadrantes 1 o 2.
Llamaremos Robatiempos a estos verdaderos consumidores de nuestra energía. A los Robatiempos los ubicaremos en nuestro esquema en:
Cuadrante 3: Lo Urgente, No Importante: componen a este cuadrante todas las interrupciones, imprevistos, reuniones no planificadas, etc. En general, representan deseos y necesidades de las demás personas que se transforman en solicitudes explícitas hacia nosotros y nos distraen de las tareas de los Cuadrantes 1 y 2. Ceder a estas solicitudes es una tentación constante ya que de ellas deriva muchas veces nuestra popularidad y aceptación personal frente a las demás personas. Aunque podemos comprobar que el costo de ceder, significa postergar nuestros deseos y aspiraciones. Como consecuencia de esto, es habitual oír esta frase: «Me pasé todo el día ocupado, pero siento que no hice nada de lo importante que tenía previsto».
Cuadrante 4: Lo No Urgente, No Importante: actividades de evasión, trivialidades, ocio no planificado, pérdidas de tiempo, etc. Muchas veces, el pasar demasiado tiempo en este cuadrante puede acarrear una crisis por falta de previsión y preparación adecuada para enfrentar nuestros problemas. La indiferencia o la culpa son subproductos emocionales resultantes de este cuadrante.
Contesta a estas cuestiones:
o ¿Cuánto tiempo al día dedicas a la atención de lo importante?
o ¿Qué espacio de tu agenda reservas a estas actividades?
o ¿Cuánto tiempo y esfuerzo estás poniendo para alcanzar el bienestar y la mejora que deseas?
Analiza tus respuestas, suelen ser reveladoras ya que dan información sobre el porcentaje de esfuerzo personal que se dedica habitualmente a la planificación del futuro, además de ayudar a tomar conciencia de que suele ser insuficiente el espacio reservado para mejorar los procesos de trabajo.